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LAS REVUELTAS DE ÁFRICA, LOS NUEVOS MEDIOS Y LA SOCIEDAD RED

 Álvaro Gálvez*

 

A partir de las revueltas y la caída del régimen tunecino, varios países de la región norafricana han visto cómo sus ciudadanos se han levantado en protesta contra dictaduras de larga data y fuerte represión. Entre ellas, la más emblemática fue la egipcia, que tras varios días de constante lucha logró derrocar a Mubarak luego de treinta años. La más trágica es la libia, que por la testarudez de su gobernante de aferrarse al cargo viene causando miles de muertes innecesarias. Sin duda, nos encontramos en un momento histórico, cuyo desenlace marcará el orden internacional del futuro próximo, por lo que entender las causas de estos sucesos puede ser fundamental para tener una idea clara de lo que puede acaecer más adelante.

 

Hasta el momento, el papel estelar se lo han llevado las redes sociales y las tecnologías de la información y comunicación (TIC). Esto se debe a que el debate en torno a estos hechos se ha enmarcado dentro de parámetros delimitados por una discusión sobre si en realidad los nuevos medios constituyen un factor explicativo de las protestas o no. Los argumentos de quienes todavía se resisten a incluir a las TIC dentro de los factores influyentes pierden validez por el hecho de que no tienen en cuenta que las TIC han reconfigurado las dinámicas sociales, lo que hace imposible la comparación con otras épocas. Como consecuencia, las respuestas a estas explicaciones se han limitado a este nivel de discusión, dejando de lado interrogantes más relevantes sobre cómo los nuevos medios contribuyen a crear las condiciones para el desenlace de estos eventos

 

Este artículo se propone como objetivo tratar de responder a esa interrogante, argumentando que los nuevos medios y tecnologías han tenido un doble papel. El primero es el que se concluye del debate mencionado líneas arriba, según el cual las TIC han constituido una herramienta facilitadora de la revolución en la medida que reducen los costos de organización y difusión. El segundo y más importante se refiere al modo como las nuevas tecnologías están insertadas en la denominada Sociedad Red, de manera que moldean la esfera pública y las dinámicas sociales, propiciando el uso de prácticas fundamentadas en valores democráticos. Como reflejo de este tipo de sociedad, las revueltas tomaron formas singulares influenciadas y facilitadas por las TIC

 

 

La discusión actual: ¿cuánto influyeron las TIC en las protestas del norte de África?

 

Sobre este tema, la mayoría de los analistas se han dividido en torno a dos posturas. Entre los que restan importancia a Internet está Evgeny Morozov, especialista en tecnología y sociedad de la revista Foreign Policy. Él deslegitima el papel de Twitter en la revolución, pues considera que el porcentaje de población que hace uso de herramientas de este tipo es bastante reducido y que es aún menor el número de personas que además están interesadas en la política. Pero lo que a él le llamó más la atención fue lo mucho que tardaron las noticias de África en ocupar las primeras planas de los principales medios de comunicación estadounidenses, lo que significaría que fue poco el impacto que tuvieron sobre la opinión pública internacional. En contraste, Manuel Castells, quizás la voz más autorizada para hablar de estos temas, considera que “el efecto directo de la caída del régimen [tunecino] ha sido una extraordinaria primavera de libertad de prensa”,1 haciendo referencia al papel de los más importantes medios locales tradicionales que cubrieron los sucesos y difundieron las noticias generadas en las redes sociales.

 

Por otro lado, en octubre de 2010,Malcolm Gladwell, de The New Yorker, minimizó el papel de Twitter y las redes sociales en las causas revolucionarias al afirmar que la participación a través de la interfaz electrónica supone una despersonalización y pérdida del compromiso con la causa. Para fortalecer este argumento, hace referencia a una lucha por los derechos civiles en Estados Unidos en 1960, cuando los manifestantes no solo ponían en juego su integridad física (lo que demostraba su compromiso), sino que además pudieron organizarse y tener éxito sin la ayuda de Internet. Además, las redes sociales no permitirían una estructura organizacional jerarquizada, lo que dificultaría las labores de organización y haría que los lazos que unen a los participantes sean bastante débiles. Finalmente, según Gladwell, este carácter participativo y colaborativo impediría que el movimiento actúe estratégicamente.

 

La respuesta de la contraparte se ha dado en función de la utilidad de las nuevas tecnologías como herramientas que redujeron los costos de organización y moldearon las protestas de una forma particular. En primer lugar, los nuevos medios posibilitaron la difusión de los hechos. Por ejemplo, permitieron al mundo entero observar cómo Mohamed Bouazizi se inmolaba frente a la represión, en lo que para muchos fue la génesis de todos los acontecimientos.

 

Para Peter Beaumont, quien cubrió los eventos desde el lugar, los medios que llevan el mensaje dan forma y definen el mensaje en sí mismo. Los nuevos medios permitieron la difusión instantánea de los eventos en la plaza Tahir, lo que explica la velocidad con la que las protestas se expandieron en la región. Así, los teléfonos celulares constituyeron una tecnología fundamental previa al corte de Internet y las líneas celulares. Por su parte, la cadena Al Jazeera logró sortear esta dificultad y transmitió en vivo utilizando conexiones satelitales, haciendo llegar imágenes de los eventos a la comunidad internacional, con el propósito de que los países de Occidente retiren el apoyo a Mubarak.

 

En segundo lugar, las TIC permitieron que las protestas se organicen de una forma particular, lo cual contribuyó en gran medida al éxito de las revueltas. Así lo afirman los periodistas deThe New York Times David Kirkpatrick y David Sanger, quienes tuvieron la oportunidad de entrevistar a varios de los actores involucrados. Ellos manifiestan que, coincidentemente, los sucesos de Túnez ocurrieron en una fecha cercana al Día de la Policía, fecha en que anualmente se conmemora una revuelta suprimida por los británicos. Esto sentó las bases y fue motivo para aventurarse a finalmente organizar un levantamiento que llevaban años gestando sin éxito. El Movimiento Juvenil 6 de Abril decidió aprovechar las circunstancias para darle un nuevo matiz a esta conmemoración, y con la ayuda del empleado de Google y bloggero activista Wael Ghonim crearon un grupo en Facebook que logró convocar a más de 100,000 seguidores. De esta forma, convirtieron esta antes poco notada protesta en un evento de mayor escala, el cual aglutinó intereses de un sector de la población mucho más amplio.

 

Llama la atención cómo aquello que Gladwell criticaba terminó constituyendo uno de los factores más decisivos para el éxito de las protestas. Lo que Castells denominó la wikirevolución del jazmín por la carencia de una estrategia central significó la descentralización y despersonalización de la planeación e impidió que se le pudiera poner un rostro a aquellos que estaban detrás. Según Ahmed Maher, una de las cabezas del Movimiento Juvenil 6 de Abril, la ausencia de una jerarquía organizacional dificultó en gran medida la represión, su más grande obstáculo en años anteriores.

 

En entrevista a Kirkpatrick, Maher reconoció que el otro obstáculo había sido la intromisión de los partidos más tradicionales. Esta última dificultad se diluyó debido a la despersonalización, tal como cuenta Mohamed Bouazizi, uno de los líderes de la Hermandad Musulmana, el ala dura y más radical de los disidentes egipcios. Él manifestó que inicialmente su grupo decidió no sumarse a las protestas, pues no conocían a nadie de los que se incorporaron vía Facebook y temían que luego podrían sindicarlos como responsables. Esto contribuyó a que las protestas tuvieran como eje lo que Žižek llamó “la idea eterna de libertad, justicia y dignidad”,2 un común denominador que incluye a una proporción mucho más amplia de la población que cualquier ideal fundamentalista. La Hermandad Musulmana se incorporó a las protestas y fue decisiva más adelante, pero su ausencia en el inicio fue vital para que esta fuera una manifestación secular y basada en las libertades.

 

Dicho esto, difícilmente se puede poner en duda la importancia de las TIC y los nuevos medios en estos sucesos. Sin embargo, el camino que ha seguido esta discusión hace que sus parámetros se reduzcan a explicar cómo las TIC contribuyeron a la organización y a dar una forma particular a la manera de organizar la revolución, lo que habría permitido que esta se mantenga dentro del ámbito secular. Como resultado, obtenemos la corroboración de algo que resulta evidente: los nuevos medios fueron fundamentales. Sin embargo, esto no permite ver el asunto de fondo: la forma como se organiza la protesta es un reflejo de cómo se organiza la sociedad.

 

 

La difusión de las redes como forma organizacional

 

Para Manuel Castells existe un círculo virtuoso entre las actuales tecnologías y los movimientos sociales orientados hacia una transformación de los valores de la sociedad. Según él, “de la interacción de tres procesos independientes [la crisis del industrialismo, el nacimiento de movimientos sociales orientados hacia la libertad y la revolución de las tecnologías de la información y comunicación] emergió una nueva forma de organización social, la sociedad red” (Castells 2006). Dentro de esta dinámica, las transformaciones sociales habrían dado campo al desarrollo de las nuevas tecnologías, las cuales a su vez han permitido dejar detrás estructuras estatales y sociales jerarquizadas, al basar el sistema de comunicación de la sociedad en nodos interconectados en una red.

 

Quienes niegan el papel de las TIC en las manifestaciones o lo reducen únicamente al ámbito

facilitador y de reducción de costos de organización no tienen en cuenta este tipo de transformación en la sociedad. No consideran que la esfera pública se ha redefinido en función de nuevas dinámicas sociales que han derrumbado jerarquías en el modo de transmitir y producir el conocimiento, acaso uno de los recursos más valiosos de la sociedad. Al igual que las protestas, este tipo de dinámicas son facilitadas por los nuevos medios y tecnologías de comunicación. Estos abren plataformas descentralizadas de organización, creación e innovación que en la práctica vuelven absurdas las estructuras estatales de jerarquía rígida y opresora. Es decir, nos encontramos ante Estados que no han evolucionado a la par con las estructuras de la sociedad, lo que se evidencia en la forma que tomaron las protestas.

 

Es preciso señalar que son otros los factores que tienen mayor fuerza explicativa sobre estos sucesos. Al papel determinante de las fuerzas armadas y otros actores, se suman las condiciones estructurales y procesos históricos que convergieron en este desenlace. Egipto es un país que demográficamente cuenta con una gran proporción de población joven y con capacidades para hacer uso de las nuevas tecnologías. El malestar económico mantiene a toda una generación sin empleo en condiciones de fuerte represión. Además, hay quienes resaltan el carácter urbano de El Cairo, argumentando que lo ocurrido fue posible debido a la alta concentración poblacional que se encuentra en esta ciudad, producto del fenómeno de alta migración a la urbe que viene sucediendo en la mayor parte del globo.3

 

Evidentemente, todas estas son condiciones necesarias4 para explicar el desenlace de las protestas, sin embargo, reducir el papel de los nuevos medios a su contribución únicamente como una herramienta sería negar una sociedad que se ha redefinido a base de los términos expuestos líneas arriba.

 

Aun cuando no todos los ciudadanos tengan acceso equitativo al uso de estas tecnologías, esto no quiere decir que no formen parte de este tipo de sociedad. Las brechas de desigualdad generadas por esto son materia de otra discusión. Quienes no tienen acceso a estas herramientas también forman parte de este sistema indirectamente. Aunque no hagan uso de los nuevos medios, su socialización está inserta dentro de instituciones económicas, culturales y estatales que hacen uso de estas herramientas y funcionan dentro de la sociedad red. Es decir, el funcionamiento de las entidades estatales, comerciales y financieras dependen de las TIC, tanto como dependen de la electricidad o la estabilidad económica, independientemente de si los ciudadanos que atienden hacen uso de estas tecnologías o no

 

En este sentido, quizás uno de los peores errores de Mubarak fue tratar de reprimir las protestas cortando Internet y la telefonía móvil. Según cálculos realizados por Forbes, el apagón digital le habría costado a Egipto la pérdida de alrededor de US$ 110 millones en los cinco días que duró. Esto fue un golpe duro no solo para las empresas que necesitan estas tecnologías para operar, sino también para las propias entidades estatales y empresas extranjeras que comercian con este país, lo que incrementó la presión internacional sobre el régimen. Por otro lado, más allá de que contaban con telefonía fija, el corte de Internet y los móviles dejaba a los protestantes sin las herramientas que les permitían organizarse desde casa, por lo que salir a la calle constituía la única forma de comunicarse.

 

 

Conclusión

 

En la actualidad, las nuevas tecnologías soportan plataformas que permiten un amplio grado de libertad en la creación y transmisión de conocimiento. Esto posibilita dinámicas sociales que reproducen y son consecuencia de valores de apertura hacia las libertades individuales y la democracia. Las revoluciones, como reflejo de la sociedad, también se moldean según estas dinámicas y adoptan un carácter distinto a las protestas del pasado. Por este motivo, el papel de los nuevos medios no se limita a su contribución como una herramienta facilitadora, sino que también permite la difusión de estos valores mediante prácticas de interacción social basadas en un concepto de red donde las jerarquías no tienen lugar.

 

Es importante para los Estados asumir que las sociedades actuales están funcionando bajos estas dinámicas. De lo contrario, las instituciones gubernamentales no evolucionarán a la par con la sociedad y las políticas públicas estarán desfasadas de la realidad. La contribución de los científicos sociales no debería ir en el sentido de si las TIC influyeron o no en las revoluciones; lo que deberían hacer es resaltar su papel como un agente que moldea y ha redefinido las dinámicas de la sociedad para llamar la atención de las autoridades sobre este punto.

 

A raíz de lo que viene ocurriendo en los países africanos, Hillary Clinton ha dado dos discursos relacionados a la apertura de las redes y la libre Internet. Aun cuando se le critica que este discurso no es consecuente con las políticas adoptadas por Estados Unidos en esta materia, merece destacarse que este es un tema que ya se encuentra en la agenda de los Estados más importantes. Otro ejemplo de esto, aunque con un matiz autoritario, es China, que apenas vio lo que ocurrió en Egipto censuró de su red cualquier información que pudiera permitir a sus ciudadanos enterarse de los sucesos por temor a seguir el mismo destino.

 

En nuestro país, en plena campaña presidencial, no se escucha a ningún candidato poner en la agenda las políticas de Internet. Colombia ya cuenta con un Ministerio TIC y Chile ha sido el primer país en legislar sobre la neutralidad de red, según lo cual ningún contenido puede ser discriminado en la red. Esperemos que los trágicos eventos que vienen llevándose a cabo en la región africana sirvan para que la clase política peruana tome nota de la importancia de una red libre y abierta como un agente democratizador, que además facilita el desarrollo económico y social de los Estados.

 

 

* Politólogo, investigador del IEP

 

 

Notas

 

1 www.lavanguardia.es/opinion/articulos/20110129/54107291983/la-wikirrevolucion-del-jazmin.html

 

 

2 www.guardian.co.uk/global/2011/feb/10/egypt-miracle-tahrir-square

 

3 http://economix.blogs.nytimes.com/2011/02/01/its-always-the-urban-pot-that-boils-over/

 

4 Se utiliza suficiente y necesario en términos metodológicos, según lo cual una “condición suficiente” basta por sí misma para que ocurra un fenómeno, mientras que una “condición necesaria” requiere la presencia de otras variables para causar un evento.

 

 

Referencias bibliográficas

 

Beaumont, Peter (2011). “The Truth about Twitter, Facebook and the Uprisings in the Arab World”

Obtenido de www.guardian.co.uk/world/2011/feb/25/twitter-facebook-uprisings-arab-libya?INTCMP=SRCH

 

Castells, Manuel (2006). La Sociedad Red: una visión global. Madrid: Alianza Editorial

 

Denmark, Abraham (2011). “From Tahrir to Tiananmen”.

Obtenido de www.foreignpolicy.com/articles/2011/02/01/from_tahrir_to_tiananmen

 

Garton Ash, Timothy (2011). “Acertar con los pasos siguientes en Egipto”. Obtenido de www.elpais.com/articulo/opinion/Acertar/pasos/siguientes/Egipto/elpepiopi/20110212elpepiopi_11/Tes

 

Gladwell, Malcolm (2010). “Small Change: Why the Revolution Will not Be Tweeted”

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Kaplan, Robert (2011). “The New Arab World Order”

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Kirkpatrick, David y David Sanger (2011). “A Tunisian-Egyptian Link That Shook Arab History”

Obtenido de www.nytimes.com/2011/02/14/world/middleeast/14egypt-tunisia-protests.html?_r=2

 

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Obtenido de www.lavanguardia.es/opinion/articulos/20110226/54120006572/la-gran-desconexion.html

 

“La wikirevolución del jazmín” (2011)

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MacManus, Doyle (2011). “Did Tweeting Topple Tunisia?”.

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Morozov, Evgeny (2011). “First Thoughts on Tunisia and the Role of the Internet”. Obtenido de

http://neteffect.foreignpolicy.com/posts/2011/01/14/first_thoughts_on_tunisia_and_the_role_of_the_internet

 

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Obtenido de www.elpais.com/articulo/internacional/Facebook/Twitter/fusiles/elpepuint/20110227elpepiint_6/Tes

 

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Obtenido de http://blogs.forbes.com/parmyolson/2011/02/03/how-much-did-five-days-of-no-internet-cost-egypt/

 

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Obtenido de www.foreignpolicy.com/articles/2011/01/28/the_rest_of_the_story?page=0,1

 

Žižek, Slavoj (2011). “For Egypt, this is the Miracle of Tahrir Square”.

Obtenido de www.guardian.co.uk/global/2011/feb/10/egypt-miracle-tahrir-square

 

“Why Fear the Arab Revolutionary Spirit?” (2011).  

Obtenido de www.guardian.co.uk/commentisfree/2011/feb/01/egypt-tunisia-revolt

 

Este artículo debe citarse de la siguiente manera: Gálvez, Álvaro. “Las revueltas de África, los nuevos medios y la sociedad red”. En Revista Argumentos, año 5 n° 1. Marzo 2010. Disponible en  www.revistargumentos.org.pelas_revueltas_de_africa__los_nuevos_medios_y_la_sociedad_red.html   ISSN 2076-7722    

 

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